El instituto alemán Max Planck de Física Extraterrestre desarrolla el nuevo Plasma Frío que cambiará la forma en la que freímos los alimentos



Cuando se habla de plasma se suele pensar en un gas extremadamente caliente; por ejemplo es lo que expulsa el Sol cuando se produce una tormenta solar; pero también es posible crear plasma frío a temperatura ambiente.
Un tipo de plasma que incluso lo podemos tocar sin peligro, y su uso en la cocina evitaría algunos de los problemas que tiene por ejemplo freír patatas. Y es que al freír los alimentos, ya sea en grasa o aceite, se liberan moléculas malolientes que son extremadamente difíciles de eliminar y que en los restaurantes deben destruidas en campanas de cocina comerciales, grandes, costosas y utilizando productos químicos que producen ozono como subproducto, que debe ser eliminado por motivos de salud.
Además las patatas fritas ya sea de bolsa o caseras contienen una sustancia cancerígena denominada glicidamida, que se origina al freír a más de 120ºC, y cuya concentración aumenta peligrosamente si se fríen a más de 180ºC, según descubrieron científicos de la Universidad Técnica de Múnich (TUM, en alemán). Pero con el plasma frío no se alcanza, ni de lejos, esas temperaturas y además se eliminan los olores nocivos.
Los métodos para generar plasma frío se han desarrollado en el Instituto "Max Planck de Física Extraterrestre", en Alemania, donde se patentó la idea de utilizar los electrones para crear el plasma para la eliminación de olores. Sí han oído bien de "Física Extraterrestre"; pero no porque la tecnología llegara en un ovni; es extraterrestre porque se trata de las nueva física que se desarrolla fuera de la Tierra en el ambiente de ingravidez en la Estación Espacial Internacional.
La ESA y en colaboración con la agencia espacial rusa Roscosmos, fueron los responsables del primer experimento en la Estación Espacial. El equipo dirigido por el profesor Gregor Morfill se aprovechó de la ingravidez para estudiar los plasmas complejos, que proporcionan el impulso necesario para desarrollar la tecnología de plasma frío.
Una subvención de la ESA ha ayudado a transformar el conocimiento en aplicaciones prácticas en la Tierra. Desde 2013 ha sido profesor Morfill CEO de la compañía Terraplasma, que ya ha aplicado el plasma frío para problemas médicos, de higiene, y para el tratamiento del agua.
Su aplicación a la cocina permite freír eliminando los olores y resulta mil veces más rápido que el método tradicional de freír con aceite o grasas. Además el plasma frío ha demostrado ser un agente bactericida muy eficaz y también puede hacer frente a hongos, virus y esporas. Así que cuando la tecnología esté desarrollado seguramente veremos una nueva revolución en el mercado, similar a la que supuso la aparición de los hornos de microondas en nuestras cocinas.

- Fuente: Nota de prensa de la ESA.

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